Muchos docentes han aplicado durante los últimos años la gamificación en el aula como un nuevo método de motivar y de enseñar a sus alumnos. Se trata de un modelo de enseñanza lúdico que, aunque cada vez está más presente a la hora de programar y de llevar a la práctica la labor docente, todavía una gran cantidad de profesores desconoce en qué consiste realmente esta innovativa técnica de aprendizaje.
¿Qué es la gamificación?
La gamificación es una técnica de aprendizaje basada en la aplicación de la mecánica de los juegos en el ámbito educativo y profesional. El objetivo último de este método es conseguir mejorar algunas habilidades, como el compromiso del estudiante con su propia formación, la autonomía o la competitividad, lograr que los alumnos puedan perfeccionar algunos conocimientos o directamente recompensar acciones concretas.
Este tipo de aprendizaje basado en la diversión ha sabido adaptarse a las metodologías educativas debido a su carácter basado en el entretenimiento, que tiene como meta principal el aprendizaje desde una perspectiva más lúdica que provoque y genere un mayor interés en el usuario de forma proactiva.
Una de las claves principales de la gamificación al aplicarla es que los alumnos conozcan en detalle y anticipadamente las dinámicas de juego que se llevarán a cabo. Así pues, todas ellas tienen que implicar al estudiante, empujarlo a jugar, avivar su interés y conseguir que adquiera los conocimientos oportunos mientras se realiza la actividad. De este modo, según la dinámica que se establezca el profesor deberá explotar más unas actitudes que otras.
Técnicas más utilizadas en el aula
- Acumulación de puntos: Se trata de una metodología donde prima la cuantificación del progreso de los alumnos, lo que conlleva asignar un valor cuantitativo a determinadas acciones que se irán acumulando a medida que se vayan completando. La acumulación de puntos siempre va acompañada de otro beneficio que motiva al jugador a conseguir una mayor puntuación.
- Escalado de niveles: Se definen una serie de niveles a medida que el alumno avanza en el juego. En consecuencia, la dificultad se incrementa en forma de niveles, teniendo como objetivo el hecho de continuar avanzando para llegar al siguiente.
- Obtención de premios o regalos: Se trata de productos, ya sean virtuales o físicos, que completan la experiencia en el juego y que se dan de forma gratuita al conseguir los objetivos preestablecidos.
- Desafíos: Es una técnica destinada a incentivar la motivación del usuario. La competición entre los estudiantes genera una mayor implicación por parte de todos y en ella el mejor de los alumnos obtendrá los puntos o el premio en disputa.
- Tablas de clasificaciones: Es un clásico dentro de los juegos y dentro de la gamificación se ha erigido en una estrategia. Mostrar la clasificación de los jugadores, así como la puntuación, permite al alumno tomar conciencia sobre en qué estado se encuentra y saber también qué necesita para mejorar.
Beneficios del uso de la gamificación
- Aumenta la motivación por el aprendizaje: A los niños les encanta jugar y, por ello, cualquier actividad que les parezca divertida aumentará su motivación de manera muy natural. A pesar de no producirse directamente, sí les será mucho más fácil adquirir los conocimientos con estas herramientas alejadas del método tradicional.
- Hace más divertidas las asignaturas: A muchos alumnos, el método tradicional basado en libros y cuadernos puede parecerles aburrido o incluso propiciar la distracción durante las clases, lo que puede conllevar que se sientan desmotivados y lleguen a desarrollar un cierto rechazo al estudio. La gamificación puede aplicarse en todas las asignaturas y a través de ella se pueden comprender conceptos abstractos de una forma mucho más práctica.
- Aumenta la atención y la concentración: Se trata de dos conceptos que están directamente relacionados con la motivación. Esto desemboca en una cadena: si los niños y niñas están motivados, sienten que son capaces de entender los conceptos que deben interiorizar, por lo que el aprendizaje les supone un reto más sencillo. Si además les gusta el método, pondrán toda su atención y su concentración en el proceso y depositarán todos sus esfuerzos y recursos en el juego.
- Fomenta el uso de la lógica y la estrategia para la resolución de problemas: Es una característica básica de los juegos, en los que se plantean retos que los alumnos deben pensar y reflexionar sobre ellos para resolverlos. Esta herramienta es muy útil en el ámbito educativo para que los niños y las niñas puedan desarrollar distintas habilidades tecnológicas, sociales y de comportamiento.
- Estimula las relaciones sociales: Dado que para la mayoría de actividades dentro de la gamificación se necesita un grupo para poder realizarlas, los estudiantes deben aprender a comunicarse y a trabajar en equipo para conseguir sus objetivos.
En suma, se puede decir que la gamificación está acabando con el modelo tradicional de enseñanza y que está siendo muy útil como fuente de aprendizaje motivacional y efectiva para el alumnado. Así pues, la gamificación cada vez se está aplicando en más departamentos e incluso está llegando a desarrollarse dentro de los servicios de Recursos Humanos de muchas empresas. No cabe duda, la gamificación como metodología educativa es el futuro de todo proceso de aprendizaje.
FORMACIÓN RELACIONADA: Curso de Gamificación: Aprender jugando