El efecto Ringelmann, también llamado el problema del polizón, se relaciona con la tendencia a disminuir el rendimiento cuando se trabaja en grupo, es decir, a medida que aumenta el número de miembros, la productividad grupal decrece ya que, el esfuerzo del conjunto no es igual a la suma de todos los esfuerzos de forma individual.
Debe su nombre al fisiólogo alemán que lo demostró en 1913, en el famoso experimento de la cuerda. Para ello se estudio a un grupo de personas y grupos que tiraban de una cuerda conectada a un extensómetro.
Su experimento reveló que, en los grupos, siempre hay alguien que “escurre el bulto” ya que un integrante medio de un grupo de ocho personas estira con la mitad de fuerza que un integrante medio que tire a solas de la cuerda. Si en vez de 8 miembros en el grupo sólo son tres, el rendimiento individual también decae en un 20%, incluso si se tira por parejas se descubre que la fuerza media es del 93% de la fuerza individual media.
En un principio se creyó que esta disminución del rendimiento se debía a la dificultad de coordinación a medida que aumentaba el tamaño del grupo y, sin embargo, investigaciones posteriores han demostrado que el factor más importante para esta disminución es sobre todo la perdida de motivación. Así, en uno de estos experimentos los participantes tenían que tirar con toda su fuerza de una soga con los ojos vendados. Se les hizo creer que unas veces realizaban solos el esfuerzo y otras junto con otros, cuando en realidad en todos los casos lo hacían solos. De acuerdo con las mediciones realizadas, el esfuerzo de tirar de la soga era mayor cuando creían que trabajaban solos que cuando se les hacía pensar que lo hacían con otros.
Igualmente, se ha probado que en los grupos de remadores de élite, el remar en grupo es menos vigoroso que el remar individualmente, sobretodo relacionado con la duración de la tarea grupal, es decir: cuanto más tiempo rema el grupo, más se resiente el rendimiento.
Sin embargo, además del efecto Ringelmann por el que cuantas más personas realizan una tarea grupal, menos esfuerzo realiza cada individuo, hay que tener en cuenta que el rendimiento individual no siempre es mejor que el rendimiento grupal.
Entonces, ¿qué posibles soluciones tenemos para superar el haraganeo social en los equipos de trabajo?
Teniendo en cuenta que las formas más tradicionales para aumentar la motivación individual, como pueden ser la fijación de objetivos y las recompensas o sanciones no son efectivas para reducir el efecto Ringelmann, para superar el haraganeo social es adecuado:
- Buscar fórmulas que permitan identificar y determinar el desempeño individual. Si los sujetos saben que se puede identificar el mayor o menor desempeño personal, la holgazanería social disminuye.
- Fomentar la competitividad dentro del grupo y entre los grupos,
- Fomentar la creencia de que el desempeño individual es indispensable para el éxito del grupo y reducir la creencia de esfuerzos redundantes, es decir, que el esfuerzo personal no añade nada al grupo.
- Optar, frente a los grupos numerosos, por el trabajo en pequeños grupos.
- Utilizar el trabajo en grupo para tareas que sean difíciles, que supongan un reto a todos los miembros del grupo y que, además, sean consideradas por los sujetos del grupo como relevantes.
- La cohesión del grupo impide, en gran medida, la aparición de la holgazanería social.
Imagen: Rope Pulling (Pink), 2018 by Blek Le Rat