Aunque algunas de las diferentes teorías psicológicas que intentan dar respuesta a cómo aparecen y por qué se mantienen los procesos de exclusión o inadaptación social puedan resultar más interesantes que otras e, incluso algunas puedan parecer totalmente rechazables todas ellas resultan interesantes para comprender este fenómeno multifactorial y, a la vez, superar las teorías más economicistas que priman a la pobreza como causa de exclusión.
Algunas de las teorías psicológicas más reconocidas para explicar la exclusión social son la Teoría del Aprendizaje Social y las derivadas de la perspectiva funcionalista, la perspectiva interpretativa y la perspectiva social.
Teoría del Aprendizaje Social
Desarrollada por el psicólogo Albert Bandura, la teoría del aprendizaje social propone que el aprendizaje es un proceso cognitivo que tiene lugar en un contexto social y ocurre principalmente a través del reforzamiento, la observación o la instrucción directa, incluso en ausencia de reproducción motora o refuerzo directo.
Según esta teoría, las conductas sociales: tanto la adecuada socialización como las desviaciones respecto a la misma, son conductas aprendidas afirmándose que el mecanismo de aprendizaje por observación ayuda a la adquisición de la conducta social y el reforzamiento constituye un elemento importante para mantener la conducta aprendida.
Para intentar demostrar su teoría en relación a conductas como la violencia o la agresividad, en 1961 Bandura llevo a cabo un experimento conocido como El experimento del muñeco Bobo donde proponía que los patrones agresivos se producen desde y en la infancia por la imitación que los niños hacen de lo que sus modelos (sus padres, hermanos, compañeros, maestros o los medios de comunicación) realizan.
Para su experimento utilizo al muñeco Bobo, un muñeco relleno de aire que, puede ser golpeado y fácilmente recuperar la posición vertical. Bobo tiene la cara de un payaso.
Tomó un grupo de niños en edad preescolar y los dividió en tres subgrupos. El primero vio como un adulto golpeaba al muñeco, el segundo grupo vio al adulto sin agredir al muñeco y jugando con otras cosas y el tercer grupo no tuvo ninguna relación con el muñeco ni vio nada, sirviendo de grupo de control.
Bandura planteó sus hipótesis:
los niños que hubieran visto las agresiones atacarían al muñeco,
los que vieron juegos pacíficos no le atacarían, e incluso serían más pacíficos que el grupo de control → se comprobó que ambos grupos fueron igualmente pacíficos.
los varones serían más violentos y que el sexo del adulto influiría en que fueran los niños de su mismo sexo los que copiasen su conducta
Las hipótesis de Bandura se confirmaron caso al completo y así, los niños que habían visto el modelo agresivo lo imitaron, tanto verbal como físicamente, siendo las agresiones verbales las que más posibilidades tenían de ser copiadas.
Fue también evidente que los niños copiaban a los adultos de su mismo sexo en mayor proporción y que, en general, las conductas agresivas y violentas eran más comunes en los varones.
Aquí puedes ver grabaciones del experimento y al propio Bandura explicándonos:
Aunque esta teoría nos ayuda a comprender como muchas conductas socialmente inadaptadas son aprendidas, por ejemplo si los adultos usamos otros insultos y vejaciones verbales los niños van a actuar de ese modo con otros niños y, también, si los exponemos a la violencia tenderán a reproducir esos comportamientos, las críticas radican en:
- la dificultad para explicar los cambios que pueden ocurrir a lo largo de la socialización,
- el por qué algunas personas pueden resistir las influencias del aprendizaje y otras no y
- no tener en cuenta la influencia de otras variables relacionadas con las conductas inadaptadas como por ejemplo, la marginación.