Todo el mundo ha oído en alguna ocasión hablar de hipnosis y, aunque la imagen que tiene la mayoría de las personas sobre lo qué es hipnosis es la definición que aparece en el diccionario “estado de inconsciencia semejante al sueño que se logra por sugestión y que se caracteriza por la sumisión de la voluntad de la persona a las órdenes de quien se lo ha provocado” esta manera de entenderla dista mucho de ser cierta.
Lo habitual es que la gente piense que en estado hipnótico la persona está dormida y bajo la influencia absoluta del hipnotizador, que puede imponer su voluntad por encima de la del hipnotizado, y obligarle a hacer cosas que jamás haría fuera del estado de trance.
Y nada hay más lejos de la realidad. La persona en trance no está ni mucho menos dormida, está en un estado comparable al de pre-sueño en la que aún se es plenamente consciente de lo que está ocurriendo en el exterior, pero su atención, lejos de estar dispersa, está plenamente focalizada en lo que en ese momento le va indicando la persona que la orienta hacia el estado de trance.
De todos modos es cierto que se atenúa la conciencia crítica durante el trance por lo cual son mucho más efectivas las sugerencias que se introducen durante el estado hipnótico, pero en todo momento se mantiene una cierta actitud crítica por lo cual no se “cae” bajo el influjo del hipnotizador.
Nuestra mente dispone de un sistema de defensa tan preciso y complejo que está siempre activo y alerta, y en el caso en que la persona recibiera una orden que estuviera en desacuerdo con su sistema de valores y creencias, le haría salir inmediatamente del trance, con lo cual más que de “sumisión” la actitud de la persona hipnotizada es de dejarse acompañar o guiar.
Hay además que dejar bien claro que toda hipnosis es autohipnosis . Nadie puede ser inducido a un trance hipnótico si no está dispuesto a ello, si no va siguiendo las indicaciones das o si no está dispuesto a colaborar.
Los estados hipnóticos son tan comunes entre nosotros que las primeras veces que los experimentamos no creemos que hayamos entrado en trance, por ejemplo, todo el mundo ha estado en una reunión o conferencia pensando en lo que tenía que hacer a la salida o al día siguiente y se ha perdido por completo el contenido de la charla, y casi todos hemos tenido la experiencia de estar inmersos en la lectura de un libro interesante durante el trayecto de un viaje en tren sin haber sido conscientes del tiempo transcurrido hasta llegar casi al final del trayecto. Éstas y muchas otras situaciones cotidianas son estados espontáneos de trance, por lo cual en un trance inducido nuestro organismo reconoce fácilmente el estado y no tiene en ningún momento sensación de extrañeza.
Por todo lo anteriormente dicho, una definición más real de lo que es un estado hipnótico sería “un estado alterado de conciencia, auto o heteroinducido, en el que se aprecian cambios tanto psicológicos como fisiológicos. Éste estado de conciencia alterado, también conocido como trance o estado hipnótico, se sitúa entre el consciente y el inconsciente, en un punto medio denominado subconsciente”.
Cuando algunas personas que nunca han estado en un trance hipnótico preguntan qué ocurre durante el trance, podríamos compararlo con lo que ocurre cuando miramos con una lupa. La lente de aumento permite que veamos con mucho más detalle lo que queda dentro de su campo de visión, que al cobrar una dimensión diferente y ampliada, atrae con fuerza nuestra atención y nos permite ver numerosos detalles que de otro modo habían pasado desapercibidos, mientras que lo que queda fuera del campo de aumento seguimos teniendo constancia de que está allí, pero en ese momento no nos importa demasiado. Esa es la diferencia entre lo que vemos en estado hipnótico y en estado normal, ya que acceder a ese estado nos permite tener una visión más precisa de situaciones vividas o creadas, de la que tenemos en un estado normal de conciencia.
Además, la hipnosis es una técnica con un gran respaldo científico, que no pertenece en absoluto al mundo esotérico y que ya se ha mostrado eficaz como complemento a otras terapias y técnicas psicológicas y médicas.